Tras los avances conseguidos intencionalmente en los años 60 y 70 en la protección y conservación del patrimonio y en el reconocimiento de la importancia de mantener los centros históricos, se empezó en España a redactar los primeros catálogos de edificios. Así, los años 80 vieron nacer documentos que eran conscientes del interés de nuestras construcciones y barrios tradicionales, considerandose como irracional la actitud que hasta ese momento se había tenido y entendiendo que la demolición y sustitución sistemática era un ataque a nuestra historia y una pérdida del potencial turístico. Estos documentos regularon de manera mas o menos apropiada la protección de estas edificaciones, pero por poco tiempo.
El comienzo de la vorágine constructiva de los 90 y 2000 demostró vigente el proverbio popular y «Hecha la ley, hecha la trampa». La avaricia sin límite de la mafia del ladrillo continuó con la demolición en connivencia de técnicos y políticos, multiplicándose las ruinas inducidas, las descatalogaciones más que sospechosas, con figuras de renombre de por medio, y produciéndose, incluso, enfrentamientos dentro de los órganos colegiales encargados precisamente de defender este bien común.
Por eso han tenido que ser las iniciativas ciudadanas las encargadas de poner freno a tanta destrucción, corrupción, desidia e incompetencia y por eso se va a realizar en la Tabacalera de Madrid el encuentro PATRIMONIO EN RIESGO Y ACCIÓN CIUDADANA dentro de la programación de la Semana de la Arquitectura. Un encuentro en el que distintos colectivos y cualquier ciudadano podrá exponer sus temas en defensa del Patrimonio arquitectónico, urbano, natural y paisajístico. Allí estaremos e iremos informando puntualmente.