Antonio y Laura son nuestros vecinos de Fermoselle, en cuyo barrio judío hemos montado el estudio para el trabajo de campo de Biourb.
Esta simpática pareja obtiene el calor para su casa mediante una caldera de leña de más de 30 años. Esta caldera, instalada en el hueco de la chimenea por otro vecino de Fermoselle, está conectada al sistema de radiadores y se ayuda de una pequeña bomba para distribuir el calor mediante el agua del circuito. Además, al tratarse de una casa tradicional de piedra, que almacena energía en sus muros, el gasto en combustible que tienen al año es de apenas 250 euros. Todo un récord de eficiencia, sobre todo en una comarca donde hay «nueve meses de invierno y tres de infierno» y las viviendas convencionales de ladrillo, aislante y caldera de gasoil gastan unos 1500 euros/año.
Trabajo de campo
[Proyecto BIOURB] Aros y medianías
Nuestra amiga Amelia, de Abelón de Sayago, nos explica como se construían las casas tradicionales con muros de piedra mientras elabora chorizos con su nieto Rubén. Esta, que fue una de las primeras entrevistas del trabajo de campo del proyecto BIOURB, nos aporta muchos datos importantes, entre ellos quizá el más interesante es el término utilizado en la zona para denominar los muros exteriores del edificio, los de piedra, que llaman AROS, frente a las divisiones interiores, de adobe, que llaman MEDIANIAS. A nuestro entender esta diferencia es una reminiscencia ancestral de cuando las plantas de las viviendas eran circulares, en la Edad del hierro según los yacimientos arqueológicos encontrados en los castros cercanos, y aún en algunos conjuntos de viviendas en pié cuya fecha de construcción solo podemos intuir.