El trozo de panel acústico de espuma de poliuretano fue sacado de un estudio profesional de grabación que se estaba desmontando en la Tabakalera de Donostia, es por lo tanto, de entre estos paneles petroquímicos, de los de mayor calidad que se puedan encontrar en el mercado. Las imágenes son bastante elocuentes.
materiales tóxicos
Rehabilitación energética ¿Corcho o poliestireno expandido?
Con esto de la rehabilitación energética y la sostenibilidad hay ciertos detalles que conviene tratar de aclarar mediante un ejemplo práctico que ilustre la situación mas allá del «píntalo de verde» tan recurrido últimamente.
Dado que hay subvenciones para este particular y con la obra nueva en estado vegetativo, las empresas de suministros están sacando productos que publicitan activamente. Como ya hicimos con los cerramientos ahora veremos que se está haciendo con la envolvente, es decir las paredes y el techo de los edificios.
La solución que se toma para proporcionar mayor resistencia al paso de calor es recubrir la superficie exterior de las fachadas con placas aislantes, ancladas mecánicamente y con acabado de enlucido de cemento armado con malla de fibra de vidrio. La clave está en el aislante utilizado que es mayoritariamente poliestireno expandido (EPS), nosotros proponemos el corcho natural, los motivos son muchos, vamos a ver:
Con respecto al origen está claro, el corcho es un material 100% natural y renovable, que se aglomera en planchas gracias a la propia resina que segrega al aplicarle calor, mientras que el poliestireno expandido (corcho blanco o porexpán) es un producto sintético derivado del petróleo. Si también tenemos en cuenta que mas del 80% del corcho mundial se produce en la península, en alcornocales que son ecosistemas de gran riqueza biológica y que todos los hidrocarburos son importados, extraídos de pozos y procesados en refinerías contaminantes, el aspecto sostenible está claro, además el corcho almacena CO2 que retira de la atmósfera mientras que para producir el poliestireno se emite CO2 fósil. Seguir leyendo «Rehabilitación energética ¿Corcho o poliestireno expandido?»
Canalones de Cinc vs PVC
Los canalones en Madrid se han fabricado tradicionalmente con cinc. Este material se puede reutilizar y reciclar, siendo lo mas recomendable en casos de rehabilitación, mantenerlo una vez reparadas las posibles fugas o deformaciones.
Actualmente resultan muy caros y se tiende a sustituirlos por acero galvanizado (que no es otra cosa que chapa recubierta de una capa protectora de cinc) o PVC.
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Impermeabilización de cubierta
Este es un ejemplo de solución completamente desproporcionada y que ejemplifica el concepto de rehabilitación erróneo que se sigue manteniendo de manera generalizada.
Se trata de una cubierta de teja árabe en un edificio del centro de Madrid de principios del siglo XX. Estas cubiertas realizadas con piezas cerámicas móviles permiten la ventilación y la transpiración, consiguiendo la estanqueidad a través de la pendiente y la conducción del agua por sus canales. Sencillo, funcional, ecológico, bioclimático, tradicional y estético. Cualquier cosa.
Pues bien, ante un posible gotera, producida por el pisoteo inconsciente de un antenista o de las subcontratas que colocan la instalación de gas, alguien (la comunidad, la contrata o el técnico) ha decidido impermeabilizar todo el tejado con clorocaucho, un producto sintético con base de resina de caucho tratada quimicamente con cloro, lo que además de hacerle perder todas las propiedades bioclimáticas le va a producir condensaciones y convierte en un futuro residuo tóxico lo que antes era bioconstrucción.
Espuma de Poliuretano
La espuma de poliuretano* proyectada es un aislante térmico muy eficiente, impermeable, transpirable y con propiedades adhesivas que ofrece gran resistencia al traspaso de calor gracias al gas espumante que encierra el polímero. Hasta aquí las buenas noticias.
Este producto que es admitido por el Código Técnico de la Edificación no debería, según su artículo 1.4 de la Sección Seguridad en caso de incendio SI 2, estar accesible al público en el arranque de la fachadas, la razón: es combustible.
Y no solo eso, además de contribuir a la propagación del incendio, en la combustión del gas espumante, el aislante encerrado en las celdillas cerradas de la estructura del polímero, emite ácido cianhídrico, un compuesto altamente tóxico. Tanto es así que las empresas de seguros lo tienen terminantemente prohibido en los edificios industriales que van a asegurar.
Mientras, aquí se aplica de manera indiscriminada para proyectar en edificios con estructura de madera, no solo accesible al público como vemos en el vídeo de la entrada anterior, sino también en contacto con los matorrales y basura que se acumula en los solares en barbecho del centro de nuestros cascos históricos, a la espera de que un accidente o algún pirómano le prenda fuego.
*Las espumas de poliuretano que se clasifican por su resistencia al fuego desde la C,s3-d0 hasta E, según la Norma UNE-EN 13501.
Demolición de edificios en la ciudad tradicional. Daños colaterales I
La falta de mantenimiento de los edificios dentro de la ciudad tradicional y su posterior demolición (manteniendo la fachada o no, lo mismo da) tiene varios efectos colaterales lamentables.
Como hemos visto anteriormente con el caso de las termitas, uno de ellos es la proliferación de plagas en los solares abandonados, otro es pérdida de protección (y estabilidad) de los edificios colindantes.
En la ciudad compacta, la pérdida de energía de una vivienda es ganada por la de al lado y viceversa y éstas, a su vez, se protegen unas a otras de la lluvia y la erosión. Al demoler un edificio, a causa de un abandono continuado por falta de uso, los inmuebles vecinos se ven gravemente perjudicados por quedar expuestas sus medianeras.
La manera actual de solucionar este problema no puede ser mas perversa; proyectar sobre la pared medianera, de una construcción con estructura de madera y materiales biodegradables, espuma de poliuretano, un material inflamable y tóxico.