En la anterior entrada contábamos que probablemente estuviésemos trabajando en la primera rehabilitación energética de Lavapiés. Una llamada al técnico de la EMVS que gestiona las ayudas nos lo ha terminado de aclarar.
Por lo que parece no había surgido la ocasión porque, como venimos asegurando en el blog paralelo sobre arquitectura bioclimática tradicional , las viviendas anteriores a la era del plástico son considerablemente más eficientes que los mega electrodomésticos petroquímicos que los promotores actuales endosan al respetable con la colaboración de técnicos, colegios y universidades. El famoso «K sub G» que se inventa todo calculista que se precie y que permite que se haya construido tanto bodrio y de tan mala forma.
El caso es sabemos que estos vecinos son lo primeros en pedir la subvención porque, aunque las ayudas están a disposición desde 2008, ni siquiera el técnico de la EMVS tenia claro el asunto y ha tenido que consultar con un superior esta repuesta: En Lavapiés no hay ayudas a la mejora de la sostenibilidad y eficiencia energética de las edificaciones.
La razón, aquí:
DELIMITACIÓN DEL ÁMBITO DE ACTUACIÓN
- Para las medidas de aislamiento térmico y eficiencia energética: La totalidad del término municipal de Madrid, excepción hecha de los edificios incluidos en las Áreas de Rehabilitación vigentes.
Como ya hemos contado en este sitio, Lavapiés está dentro del Área de Rehabilitación Integrada, pero estas ayudas de hasta el 75% de la rehabilitación convencional (de dinero público que pagamos todos) no se conceden por igual, al menos uno de cada tres habitantes del barrio está segregado de ese proceso, entre ellos estos vecinos de calle Salitre y nosotros, que tenemos el estudio en los bajos de una corrala de finales del XIX.
Para justificar esta discriminación se utilizan términos propios de George Orwell en su mejor momento: Erradicación de infravivienda, infravivienda generalizada, chavolismo vertical... pura neolengua.
La realidad es que se castiga a los vecinos que vivimos en edificios donde son mayoría las viviendas menores de 25 metros útiles, sin más.
Pero aquí seguiremos, sin ayudas a la rehabilitación ni a la eficiencia, con una actuación que ahorrará el 40% de la energía a esta corrala que lleva en la calle Salitre más de dos siglos y con el corcho natural en el andamio a punto de ser colocado. Mientras, en el barrio de Salamanca, se subvencionan hasta los cambios de ventanas en casas de 300 metros cuadrados, porque por arriba no hay límite de superficie, faltaría más.