La luz que recibimos del sol diariamente es más que suficiente para cubrir nuestras necesidades energéticas, incluso podemos preparar el desayuno de una mañana de domingo si la aprovechamos correctamente.
En este experimento vemos como los rayos solares que llegan a una superficie de 65 por 87 mm aportan energía de sobra para freír un huevo en un par de minutos. Para concentrar estos rayos hemos utilizado una lente Fresnel, una lámina de plástico con un relieve de anillos circulares concéntricos, pero podría valer cualquier otra cosa; espejos, botellas, metales pulidos…o fachadas de edificios horteras.
Y es que, en un día claro, recibimos (gratis) de nuestra estrella casi 1000 vatios por metro cuadrado, es decir 1 kilovatio por cada metro de superficie de cubierta, terraza o fachada de nuestra casa, cuando la potencia de suministro eléctrico de una vivienda normal está entre 3 y 5 kilovatios.
Las cuentas de la autosuficiencia energética salen, hacia allí nos dirigimos algunos, por la sombra, y hasta que salga el sol por Antequera.