El programa Biodiario emitido en la 2 el 24 de mayo trata una noticia sobre las casas cueva y la posible desaparición de esta forma de vida surgida de las condiciones geológicas excepcionales de algunas zonas de la península. Una forma ancestral de conseguir un cobijo confortable de alta eficacia energética que se viene utilizando desde antes de que los primeros homínidos llegaramos a estas tierras.
Los primeros asentamientos humanos en Iberia se producen a refugio de cuevas y grutas naturales. Por las ventajas energéticas que supone estar bajo tierra, a lo largo del mundo se ha ido excavando en la roca blanda para buscar cobijo en su interior, la clave está en la inercia térmica del terreno que mantiene una temperatura constante de 15º C en cualquier lugar del mundo, de día o de noche, en invierno o en verano.
Las cuevas, bien supongan toda la vivienda o solo parte de ella, nos garantizan una temperatura de partida habitable a la que sumar otros métodos de control energético. Estos métodos y sistemas de climatización los podemos encontrar en Granada, en las casas cueva de Guadix, en las de Paterna en Valencia o en Aguilar de Campo en Valladolid. Así, las chimeneas, la distribución de los espacios, la conducción de aguas, la excavación de patios, la orientación, control de radiación solar o los volúmenes añadidos consiguen las condiciones de confort necesarias de fuentes de energía renovables.
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