La inercia térmica de estas construcciones con muros gruesos es una de las características mas determinantes en un clima como el nuestro, ya que se valora el aspecto capacitivo (retener o almacenar calor) frente al resistivo (impedir la transferencia de calor a través de membranas aislantes) que es el utilizado en las nuevas construcciones (gracias a la inclusión en los cerramientos de aislantes sintéticos, muchos de ellos tóxicos).
Esta inercia, que depende directamente de la masa, impide que el calor penetre en la casa en verano durante el día (enfriándose el muro durante la noche) y mantiene en el interior el calor generado en invierno, es decir que la masa amortigua las oscilaciones de temperatura.
Si a esto le sumamos otros sistemas pasivos como el uso de patios, la ventilación cruzada, la altura de los techos o los fraileros de las ventanas, por poner algunos ejemplos, tenemos unas viviendas muy eficientes que utilizan la energía abundante y renovable que se conocía en el momento de su construcción, la del sol.
Esta eficacia a la hora de utilizar métodos pasivos contrasta con la dependencia total que las nuevas construcciones tienen de aparatos de climatización eléctricos, dependientes de combustibles fósiles, que a nivel estratégico nos hace muy vulnerables ante cualquier eventualidad o emergencia que cause un corte en los suministros de energía.
También hay que tener en cuenta un factor fundamental que es la pérdida del tejido social y urbano. La riqueza y variedad de los vecindarios tradicionales con comercios, mercados, talleres artesanos y vida de barrio desaparece para sustituirse por franquicias, cafeterías de diseño y tiendas de recuerdos para turistas. Un bonito decorado que esconde un proceso de gentrificación salvaje.
Por si esto fuera poco ahora nos vamos a tener que enfrentar a otro problema colateral: La crisis del sector de la construcción va a impedir que se termine el proceso especulativo, dejando los solares sin edificar hasta un repunte del ciclo económico, con lo que además de dejarnos sin CIUDAD vamos a tener que sufrir las consecuencias que esto conlleva, años de acumulación de basura, proliferación de plagas y pérdida de energía por descompactación de la trama urbana.
Las imágenes fueron tomadas, junto a otras muchas, en una mañana por el el centro de Málaga el pasado mes de Marzo.