Una ejemplo tradicional de aplicación de los principios de la refrigeración por evaporación lo vemos en la utilización de vegetación en las viviendas populares, tanto en los patios como en los soportales y los porches, mediante muros vegetales, macetas, jardineras, emparrados… El principio físico es el mismo que describíamos más abajo, las plantas absorben el agua de la tierra por capilaridad y efecto del sol, esta llega a las hojas llevando los nutrientes, allí se produce la fotosíntesis y el agua se evapora absorbiendo calor en el proceso.
En la arquitectura popular de Málaga podemos encontrar multitud de ejemplos de este método acondicionador de aire ecológico y colorido que, además embellece el paisaje, aporta aromas agradables, emite oxígeno, retira CO2 de la atmósfera y produce flores y frutos.
Utilizando aún este sistema de climatización pasivo existe una tipología de vivienda en la costa de Málaga que, como casi toda la arquitectura vernácula de la provincia, está en serio peligro de extinción. Se trata de las casas mata de los barrios de pescadores, otro de los tesoros paisajísticos y ambientales de mi ciudad natal que está siendo demolido sistemáticamente por ausencia de protección conveniente y la falta de criterio de los especuladores que campan a sus anchas por la Costa del Sol desde los años 60.
En estas fotos tomadas el verano pasado podemos apreciar varios ejemplos de este patrimonio vernáculo en peligro, el primero en la playa de Pedregalejo y los siguientes en el Rincón de la Victoria.