El retacado consiste en cortar por lo sano el pie derecho y reconstruir con ladrillo macizo, colocando una lámina de cinc como barrera para evitar el contacto con la humedad del terreno que asciende por capilaridad.
Recomendado solo en casos puntuales y en planta baja, de esta forma el muro de entramado no pierde flexibilidad y no cambia su forma de funcionar. La única ventaja de este sistema frente a la sustitución es que resulta mas barato, aspecto fundamental cuando se trata de rehabilitar, sobre todo en edificios que no tienen acceso a subvención como ocurre en esta corrala de lavapiés.